Esta declaración está grabada en una placa que cuelga en mi pared. Está fechada el 25 de enero del año 2000.
Esperaré mientras lees esa fecha nuevamente.
Verá, la modernización de aplicaciones no es un concepto nuevo. Ha ganado relevancia como una prioridad importante para los CIO en los últimos años debido a la rápida aceleración de la demanda de experiencias digitales, pero no es nada nuevo.
A lo largo de 1999, los miembros de ese equipo de proyecto de Internet ampliaron una aplicação heredada existente con una interfaz basada en web. No te traumatizaré con los detalles sangrientos de la implementación de CICS y la lucha con CORBA o la tarea que fue obligar a Open SSL a trabajar con MQ Series. Basta decir que hubo muchas tecnologías "modernas" mezcladas con tecnologías "tradicionales" para realizar el trabajo.
Hoy en día, el Equipo del Proyecto de Internet podría cambiar su nombre a Equipo de Transformación Digital y nada más de esa declaración inicial cambiaría realmente.
Esta es la misma tarea monumental que hoy se les exige a los CIO: modernizar las aplicações ampliando el acceso al ámbito digital. Ya sea a través de una aplicación móvil que utiliza API para interactuar con una aplicación mainframe monolítica existente o mediante colas de mensajes que conectan Slack con una aplicação de servicio al cliente tradicional basada en cliente-servidor, la tarea que enfrenta hoy la TI empresarial no es simplemente transformar monolitos en microservicios, sino hacer que los microservicios se comuniquen con los monolitos.
La combinación también supone un desafío para las operaciones. Las métricas y el monitoreo de un monolito suelen ser marcadamente diferentes a aquellos disponibles hoy para los microservicios. Muy pocos monolitos están instrumentados para informar telemetría relevante, e incluso los microservicios a menudo no brindan los detalles sucios que las operaciones necesitan para rastrear una transacción en las arquitecturas.
Es un gran desastre.
Es probable que un único monolito crítico para el negocio admita múltiples servicios modernos. Cada servicio (como abrir una cuenta, cerrar una cuenta o enviar un pedido) son experiencias digitales únicas. Cada uno necesita ser monitoreado como una entidad propia. Monitorear el rendimiento y la seguridad contextualmente (como un flujo único) es fundamental para poder responder a la pregunta: "¿Cómo es mi experiencia del cliente hoy?".
Éste es uno de los beneficios de aprovechar las tecnologías de F5. Dado que estamos frente a tantas aplicações(tanto nuevas como antiguas, internas y externas), vemos todas las interacciones. A partir de ellos, podemos recopilar e inferir métricas relativas a todo el flujo digital, ya sea monolito o microservicio. Ese contexto es el que nos empuja más allá de la visibilidad y nos acerca a la operatividad .
La modernización de aplicaciones no es nueva, pero sí lo es nuestra capacidad para monitorear los flujos en las aplicações y servicios constituyentes resultantes. Y es esa capacidad la que, en última instancia, impulsará los análisis capaces de ofrecer información procesable y automatizable.