7 pasos para simplificar la migración de las arquitecturas a la nube.
La buena noticia es que si su empresa es como la mayoría, ya lo ha hecho antes. Y muchas veces. Cada tres o cinco años, revisa sus arquitecturas principales. Ajusta la forma de entregar las aplicaciones. Se esfuerza por aumentar el rendimiento, mejorar la seguridad y reducir los costes.
La mala noticia es que con la nube, las cosas serán aún más complicadas. Puede que no tenga control sobre los servicios. Puede que no sea capaz de codificar conexiones o hacer las cosas a la antigua usanza. Habrá momentos difíciles. Pero, como dicen, «Quien algo quiere, algo le cuesta». ¿No es así? Tendrá que planear el comportamiento del usuario, la conectividad y el ancho de banda apropiado.
Para que la transición resulte un poco más llevadera, hemos recopilado siete pasos importantes para que pueda empezar.
¿Cuál es el estado de sus aplicaciones? ¿Cuántas tiene? ¿Qué importancia tienen para el negocio? ¿Qué tipo de datos contienen y, lo que es más importante, qué dependencias hay entre ellas?
Empiece pensando en qué categoría se encuentran sus aplicaciones. Hay cuatro opciones:
Lleve a cabo primero la parte fácil. Identifique las aplicaciones de su cartera que son productos básicos virtuales. Es probable que tenga muchas. ¿Necesita realmente ser compatible con su propio servidor Exchange, su sistema de recursos humanos desactualizado o sus herramientas de automatización de ventas personalizada? ¿Vale la pena que su equipo o el equipo de OpEx se esfuercen en esto? Si no es así, ahórrese muchos problemas suscribiéndose a una solución de ventas, RRHH, productividad u otra solución apropiada. Deje que terceros hagan el trabajo duro. Obtendrá beneficios rápidos y palpables con SaaS.
A continuación, tendrá que evaluar las aplicaciones que le queden y decidir cuáles moverá a la nube, cuáles actualizará para la nube y cuáles mantendrá tal cual.
Hágase las siguientes preguntas:
- If we migrate app X, how many things will break?
- Where are the data stores?
- What are the dependencies?
- What network services are they using?
- Which apps require workarounds to normal procedures and protocols to make them work?
Tendrá respuestas a esas preguntas para muchas de las aplicaciones. Para otras, puede que no sepa la respuesta hasta que realmente vaya a moverlas. Cuanto mayor sea el riesgo de rotura y cuanto más complicadas y menos conocidas sean las dependencias, más probable será que la aplicación se tenga que quedar donde está.
A medida que vaya determinando estas dependencias, documéntelas. Le será útil incluso aunque solo algunas de sus aplicaciones terminen en la nube.
Examine sus políticas de entrega de aplicaciones y busque oportunidades para estandarizar y automatizar. Debería tener un número limitado de políticas de equilibrio de carga estándar (digamos, unas 10) en lugar de configuraciones ajustadas a particularmente para cada aplicación. Determine los niveles de almacenamiento estandarizados. Defina servicios de red estandarizados. Hable con sus desarrolladores sobre los beneficios de la estandarización y obtenga su compromiso. Cree plantillas para ayudarles a implementar las cosas de manera rápida y fácil.
Pregúntese quién va a acceder a cada aplicación y desde dónde. Tiene que planear el comportamiento del usuario, la conectividad y el ancho de banda apropiado. Muchas de las aplicaciones que quiera migrar a la nube, ya sea privada o pública, puede que tengan que ser más fácilmente accesibles desde cualquier lugar. Moverlas a la nube supondrá menos tensión para la infraestructura.
También existen problemas de autenticación y seguridad; la mayoría de las empresas han utilizado tradicionalmente controles de red en lugar de aplicaciones para determinar el acceso. En una nube pública, es posible que tenga que adoptar nuevas tecnologías de gestión de identidad y acceso que no tenía antes.
Al migrar a la nube, la arquitectura será diferente porque las construcciones no son estáticas. Para aplicaciones monolíticas como las bases de datos, los mecanismos que antes estaban ligados a direcciones IP específicas u otras construcciones constantes no funcionarán en la nube. Es posible que se necesiten equilibradores de carga adicionales o proxies que ayuden a proporcionar consistencia en un entorno en cambio continuo. Lleve a cabo puntos de control adicionales para asegurarse de que todo el mundo pueda acceder a sus aplicaciones de forma consistente y sin interrupciones.
Se trata de algo difícil. Como dijimos al principio, las arquitecturas informáticas son complicadas.
Aunque no sea fácil, vale la pena, aunque solo sea por el ahorro de costes (OpEx y CapEx) y la escalabilidad. Además, algunas empresas han logrado ahorros impresionantes con solo prepararse para la nube. Una vez que haya terminado de evaluar los inventarios de aplicaciones existentes, analizar las dependencias, documentar todo y estandarizar y simplificar todo lo posible, estará en la posición perfecta para decidir qué mover y cómo hacerlo.