Una interfaz de programación de aplicaciones (API) en tiempo real es aquella que procesa una llamada API de extremo a extremo en menos de 30 milisegundos (ms). En cuanto a la infraestructura de API en tiempo real, se refiere a la tecnología que enruta, autentica, protege, modela y almacena en caché las API, todo esto en un tiempo inferior a los 30 ms.
En el mundo real, una API en tiempo real es esencial para ofrecer una experiencia digital satisfactoria a los usuarios al realizar actividades como hacer un pedido en Amazon, solicitar direcciones en Google Maps, obtener asistencia por chat o utilizar cualquier otra aplicación móvil que requiera respuestas casi instantáneas. Con la llegada del Internet de las cosas (IoT), la necesidad de conexiones más rápidas se incrementa, ya que deben soportar el flujo de información que mantiene todo conectado y actualizado.