A medida que aumentan las transacciones sanitarias en línea, las organizaciones delictivas están al acecho de nuevas vulnerabilidades que explotar mediante ataques cada vez más sofisticados. Para proteger la información médica protegida de sus pacientes, la calidad de la atención y la integridad de los pagos, los proveedores de servicios sanitarios y los pagadores deben afrontar constantemente los retos del fraude digital. Sin embargo, ahora más que nunca, también necesitan facilitar a los pacientes el acceso a sus datos sanitarios reduciendo la fricción con el cliente.
Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones sanitarias equilibrar una experiencia de usuario mejorada con la necesidad de proteger los datos sensibles y los pagos? Lea nuestra documentación técnica para descubrirlo.
La revolución de la sanidad digital es lo que lleva a los estafadores a evolucionar sus esquemas en línea para aprovechar las vulnerabilidades inherentes a las aplicaciones web y móviles.
La omnipresencia del fraude en línea exige que las organizaciones se adapten abandonando las soluciones puntuales tradicionales y rediseñando los silos organizativos.
Una base de consumidores cada vez más digitalizada está presionando a las organizaciones sanitarias para que ofrezcan mejores experiencias a los usuarios sin comprometer la protección de sus datos.