La disponibilidad de la red se refiere al estado operacional de una red de ordenadores y su capacidad para establecer conexiones, procesar el tráfico y responder a las solicitudes de los usuarios de forma rápida.
La disponibilidad de la red, también conocida como tiempo de funcionamiento de la red, es una medida de la capacidad de una red informática (ya sea una red de área local [LAN] o una red de área extendida [WAN]) para responder a las exigencias de conectividad y rendimiento que se le plantean.
La disponibilidad de la red es una consideración clave a tener en cuenta para la planificación de los desastres, pero también tiene repercusiones críticas en la vida y el trabajo cotidianos. Para las organizaciones, el tiempo de inactividad o la lentitud de la red equivale a un tiempo de inactividad comercial, que supone un coste debido a la ineficiencia, la pérdida de ventas, la falta de datos críticos para la toma de decisiones y otros efectos perjudiciales. En el caso de los individuos, la disponibilidad de la red garantiza la capacidad de comunicarse e interactuar con otros, ya sea con un mensaje de texto a un amigo mediante la red móvil, una compra o entretenimiento en línea, o una llamada a los servicios de emergencia.
La disponibilidad de la red se calcula dividiendo el tiempo de funcionamiento por el tiempo total en cualquier período. El objetivo es el 100 % de disponibilidad, aunque otro objetivo al que se hace referencia habitualmente es el de los «cinco nueves» o el 99,999 % de disponibilidad. Esto equivale a tan solo unos pocos minutos de tiempo de inactividad al año. Para alcanzar estos objetivos se pueden tomar diversas medidas, como la optimización o aceleración de la WAN.
La disponibilidad de la red es un requisito previo fundamental para el acceso a los datos y las aplicaciones. Puede considerarse una preocupación fundamental en las empresas que gestionan varios centros de datos, ya que los usuarios tienen que poder acceder a los servidores de aplicaciones y a los datos en cualquier parte con las mejores conexiones y el rendimiento más rápido posibles.
¿Cuántas veces ha esperado el servicio de un empleado o proveedor que ha tenido que lidiar con la «lentitud» de su ordenador? Sin una red de alta disponibilidad, los usuarios no pueden acceder a los datos y aplicaciones que necesitan, o no pueden hacerlo lo suficientemente rápido. Como situación extrema, puede producirse una denegación del servicio, lo que hace que los empleados se frustren, los clientes estén descontentos y se pierdan oportunidades de negocio y buena voluntad.
Algunos de los muchos factores que pueden afectar a la disponibilidad de la red son el suministro de energía o la interrupción física (como la que pueden causar los desastres naturales), los límites de conexión y capacidad de los componentes, los fallos de los componentes y los ataques malintencionados. Además, cuando una red conecta a los usuarios con datos dispersos entre grandes distancias geográficas, la latencia se convierte en un factor significativo para el rendimiento de la red.
Existen tantas soluciones como causas de una interrupción. Por ejemplo, dado que el objetivo es una disponibilidad del 100 %, muchas organizaciones incorporan sistemas de redundancia y conmutación por error en sus redes para garantizar que, si un componente queda fuera de servicio, una copia de seguridad tomará el control. Los equilibradores de carga ayudan a garantizar que las solicitudes se distribuyan a los recursos con mayor capacidad de respuesta rápida y ayudan a evitar que un componente individual se vea sobrepasado. Además, la capacidad de escalar fácil y eficientemente las operaciones hacia arriba o hacia abajo para hacer frente a los picos de demanda (incluyendo las mitigaciones de capacidad y seguridad para soportar los ataques de denegación de servicio (DoS) como las inundaciones de SYN, las inundaciones de UDP, las inundaciones de PUSH y ACK y los ataques de goteo) se aborda frecuentemente mediante servicios en la nube así como a través de soluciones de seguridad diseñadas específicamente para proteger la disponibilidad de la red.
BIG-IP DNS de F5 optimiza la disponibilidad de la red para los usuarios y las aplicaciones mediante la supervisión del estado de los componentes de la red y el enrutamiento de los usuarios al entorno físico, virtual o de nube más cercano o de mejor rendimiento. Cuando se configura como dispositivo de proxy completo, intercepta todas las consultas DNS e hiperescala en respuesta a los ataques de denegación del servicio distribuido (DDoS), mitigando el ataque y protegiendo la infraestructura de la red que se encuentra tras él. Independientemente de si se implementa como hardware, ediciones virtuales o un servicio en la nube, el BIG-IP DNS proporciona una disponibilidad «siempre activa».